Un largo paseo para recordar.

Platón en su obra "la República", concretamente en su capitulo XXI en el libro VI, expone la necesidad del uso de las matemáticas para ser un buen gobernante, sin embargo ¿és suficiente? En su teoría de las Ideas, mediante el símil de la línea Platón, expone este hecho haciendo una clara diferéncia entre la vía del pensamiento (matemáticas) y la vía de la inteligencia (dialecta).

En la vía del pensamiento, es decir las matemáticas se puede llegar a verdades evidentes, axiomas, son eternos, previos e inmateriales, a causa de los objetos inteligibles, partiendo previamente de hipótesis o supuestos, que se derivan a través de razonamientos en teoremas, descendiendo deductivamente. Para ello se hace uso de imágenes, dibujos y figuras sensibles que copian a las Ideas, de manera que los objetos matemáticos admiten la pluralidad mientras que la Idea es única.  Por otra parte la vía de la inteligencia mediante la dialecta es de gran importancia ya que es la enseñanza principal en la formación de futuros gobernantes. Esta ciencia se versa en objetos inteligibles, partiendo de hipótesis como principios relativos. Estas hipótesis son como “trampolines o peldaños” mediante las cuales se asciende dialectalmente hasta la Idea. Estas hipótesis no son tomadas como verdades definitivas y ha de ser refutada en diversas ocasiones hasta que se desarrolle la hipótesis verdadera. De manera que las matemáticas son un grado inferior el cual podemos llegar a conocer por pura casualidad o por el uso de un método deductivo, lógico y razonado, mientras que con la filosofía podemos llegar a la concepción del conocimiento, un saber verdadero, claro, objetivo, universal, permanete y absoluto, que por lo tanto se versa sobre el ser, lo real, estable y eterno.